Isabel Zapata

 

soñar la tierra


i
a los tauro nos gusta sembrar la tierra y sentarnos a esperar la ramita verde que se esconde en las semillas. nos gusta el silencio de la casa, las violetas, el cobre. somos fieles y serenos, nuestra perseverancia es la garganta del volcán: desde ahí miramos el valle solitariamente, pidiéndole a dios que el fuego no encuentre nunca el valor para asomarse al mundo.

ii
en mi sueño somos dos mujeres cabalgando en caballos altísimos. una tiene el rostro cubierto con un velo negro, la otra soy yo en un vestido blanco. avanzamos por jardines luminosos.
debería estar fijándome en esto, pienso, para grabármelo en la memoria y repetirlo cuando despierte. pero me distraigo volteando a ver a la desconocida que viaja junto a mí, intentando adivinar el rostro detrás del velo.

iii
anochece y mi caballo salta enloquecidamente. caigo, conmigo todos los átomos del universo.  {el rojo se oculta, pero} mi vestido blanco está empapado de algo que no puede ser mas que sangre. a lo lejos se escuchan los gritos de triunfo de no sé qué aldea feroz y sanguinaria.

iv
amado, insospechado dios, sólo te pido que cuando amanezca pueda extender mis brazos y abrazar el abismo en que me has convertido.





el relámpago


i

toda intimidad es una estafa

demasiado redonda demasiado dulce

es fugaz claridad de manzana recién cortada

ola vacilante que brota, acaricia

excita las orillas y se aleja afinando la garganta.


vivir es ser una herida abierta

ser el árbol y la tierra que ocupan sus raíces

la madurez de la granada

su desprendimiento repentino de la rama

el estallido carmesí

y la mancha que en la hierba se revela.


(al alba hiere la presencia lejana de los astros

dioses púrpuras que giran giran giran

y revientan

avispas en el lienzo negro del cosmos.)


ii

a mis pies corre el río de sal nocturna

en el que navega una pesadilla que no olvido:


en el malecón de la habana un gato

hermoso y limpio como todos los gatos

camina detrás de tres muchachos.

de pronto el más alto lo toma por las patas

mira a sus amigos de reojo

y lo lanza con fuerza hacia el océano.


aquí el sueño se desgaja y se convierte

en un manojo de maullidos empapados

en un espejo que abarca al mundo entero

y devuelve un reflejo indescifrable.


después estoy en una sala de cine

en la pantalla hay un oso gigantesco

en sus brazos el cuerpo de un osezno

que gruñe y se retuerce de dolor.

mirarlo me hace daño porque sé

que soy ese pequeño y que el día

que yo gruña o me retuerza de dolor

flotando en el purpúreo

hiriente pegamento de la noche

abierta toda o cerrada pero extinta

no habrá oso ni nadie que me tome entre sus brazos.


iii

pero hay un verso siempre al fondo

una música.

la poesía es un perro corriendo entre edificios demolidos

y no hay tristeza tan tenaz que no se rompa

con el resplandor de ese relámpago perfecto.





la multiplicación de los oasis


en las playas del continente que eres los días son largos y soleados. cuando el viento sopla, la arena de tus desiertos se levanta y canta una canción que multiplica los oasis. tus tardes son insectos silenciosos, pero en tus noches dios aplaude escandalosamente y brinda con tus habitantes hasta que amanece.


eres la aldea, la casa y la vela que ilumina la habitación. me gusta recorrerte porque tus campos están siempre recién llovidos. llevo setecientos días en tus caminos y todavía no alcanzo a ver dónde terminas. estoy cansada, herida, derrotada, pero he de llegar a tu otra orilla aunque me tome siglos.


o soy viajera de ti o no soy nada.






mirar desde la muerte


 una página en blanco mira igual que la muerte.

- francisco hernández


i

hoy por la mañana quise escribir un poema sobre la herida que es todo.


tu abrazo en la oscuridad hiere como una flor cerrada


empezaba


y hiere recordar la lumbre del abrazo antiguo


pero no seguí porque tuve hambre

sueño

una angustia pequeña en el centro del pecho

o ganas de pensar en otra cosa.


más tarde me topé con una biografía de schopenhauer  

e intenté también escribirle un poema

al hombre más triste de la historia.


alcancé a tomar algunas notas:


-arthur schopenhauer nació en danzig en 1788 y pocos años después lamentó este acontecimiento.

-este mundo tuvo que haber sido creado por un demonio que se deleita con nuestro sufrimiento.

-les hablaba de usted a sus poodles.

-1853: una mujer polaca le envió un poema por correo y en su carta decía: tengo tu foto en mi habitación adornada por una corona de flores.


ii

alonso señala la ventana y dice


‘mira las hojitas cafés en ese árbol. será que ya empezó el otoño?’


en esta ciudad el paso de las estaciones se parece al río de heráclito

qué fácil es ponerse triste contemplando el fluir de ese río


ríos, venas azules de la tierra

          hilos cristalinos del collar que dios extiende sobre el mundo.


pensé que el poema había nacido

y estaba a punto de tomar la pluma cuando sonó el timbre.


entonces tuve que bajar a ver quién era

recoger la correspondencia

encontrar la cuenta del gas

ir a pagarla

y un largo, penoso etcétera.


iii

llevo días con un poema enredado en los dedos.

las líneas que no escribo son las venas

                los verdaderos ríos en que mi cuerpo se sumerge.


poesía animal de compañía

poesía gris y dócil del invierno

poesía molusco inquieto y resbaloso


acampas invisible en los llanos del cuaderno

me observas desde esa muerte limpia

y yo no tengo el valor para sostenerte la mirada.







una carta a amado nervo


lo cursi es la elocuencia que se gasta.

no te preocupes

si sonreímos con tus versos dolientes

y nos sentimos hoy por hoy superiores

tarde o temprano

vamos a hacerte compañía

- j.e. pacheco


cuánto lo amo, qué hermoso es


digo en voz alta en el cuarto vacío. nunca pensé que volvería a enamorarme como niña de secundaria.


¿será ridículo que le compre flores?


qué puede uno decirle a la persona que ama? cosas como: te veías guapísimo la otra noche con tu camisa nueva. él sonríe fugazmente: esa camisa me va bien, ¿no?




me acerco a besarlo


y entonces el mundo se enciende como la estrella de lumbre que dicen que un día fue.


igual que cualquier amante que haya tomado una pluma yo quiero describirlo, describir sus cejas que empiezan con determinación encima de su nariz y luego se desvanecen delicadamente en los extremos de su frente. la cicatriz que tiene en el parpado, pequeña y rosada como fruta de invierno. su labio inferior carnoso, el exceso que le da forma a la pera. cómo parpadea musicalmente cuando despierta (el amor está lleno de clichés), la manera en que me mira después de la tercera copa de vino. sus ojos: un par animalitos blandos cuando está cansado. creo son del color de la tierra de aquellos campos españoles que vimos en la última película de almodóvar (¡amor, todavía tenemos pendiente ese paseo!). después la curva de su quijada, cómo se le empieza a rizar el cabello cuando pasa más de un par de meses sin cortárselo (dice que se le olvida, pero yo creo que sabe que me gusta), la piel dócil de su espalda, los pelitos de su vientre: pasto de las dunas alrededor del lago dulcísimo de su ombligo.


hay motivos para escribir un poema en cada milímetro de universo (y el universo es infinito) y yo no puedo dejar de pensar en estas cosas.


¿quieres ir al muelle a ver cómo pasan los barcos?


tengo que volver a trabajar, pero antes veré el reloj para imaginarme dónde estás.



BIO

Isabel Zapata was born in Mexico City in 1984. She holds a BA in Political Science (Instituto Tecnológico Autónomo de México) and a Masters degree in Philosophy (The New School for Social Research). She is the author of the poetry book Ventanas adentro {Windows Within}. Her work has been published in magazines and anthologies both in Mexico and in the United States. She currently lives in New York City, where she is working on Canciones de cuna para sonámbulos, her second poetry book. 

5 POEMAS