Ana Chavarría

 

HACÍA MUCHO FRÍO, pero era muy común en época de otoño que la temperatura bajara por la noche como si se tratara del más duro invierno. El frío cruel atormentaba al caminante que avanzaba a lo largo del bulevar de Broadway a paso entorpecido. El viento heladizo ondeaba a su alrededor y se discurría como agua por su capa negra, creando el efecto de un adagio melancólico. El roce le flagelaba su cuerpo con drástico coraje, y de su parte sólo había gestos de resignación. Su piel congelada empezaba a formar grietas pálidas que se confundían con las insoportables grietas de los años.

Se apresuró un poco, arrastrando consigo el temor de una rata que se escapa de su sombra. Al bajar a la estación del metro de Times Square - 42 Street, un grupo de pasajeros se amontonó con loca desesperación a la entrada del tren Q. Otro pasajero corrió desesperado, sin llegar a tiempo. La mirada evasiva de la gente le restó toda clase de motivos. A nadie le llamó la atención su espectacular traje de Batman. A poca distancia, el Spiderman y el Elmo aguardaban el N. El tren que esperaba llegó pronto y lo abordó en segundos.

De regreso a la superficie, el aire gélido de la ciudad le pegó en el rostro sin misericordia. Los alcantarillados de las calles neoyorquinas creaban un ambiente vaporoso como de película. La temperatura había descendido tres o cuatro grados más de manera inusitada. Con cuidadoso afán se arropó los hombros con su capa. Sus manos congeladas, a pesar del grueso de sus guantes, las protegió dentro de su cinturón grisáceo. Y así avanzaba, con pinta de murciélago, resignado al frío, a la noche, a la piel flácida y agrietada que caía de su cuerpo como una cascada.

De golpe, el viento arremetió con potencia. Las cuchilladas de hielo obligaron a los transeúntes a escudarse con las manos al mismo tiempo que vociferaban palabras incongruentes. El caminante decidió continuar su vía crucis flagrante en medio de aquella ráfaga tempestuosa. Abatido, dirigió su vista al cielo, rogando al firmamento que aclarara pronto. La noche ni se inmutaba; parecía eterna con aquella oscuridad ingrata.

Las copas de los árboles, escasas de hojas, se mecían agitadamente, se anudaban como una abominable soga. Aquello no era un sueño, sino una pesadilla. En segundos, las ramas se extendieron sobre él como unos brazos largos y finos. Pareció descender sobre su cabeza una corona de espinas. Él se quedó absorto por el zumbido de las ramas que el viento azotaba. Un súbito vapuleo descargó un ruido furioso que traspasó la punta de los rascacielos, alcanzando a las estrellas. Después, como vestida de mortaja, sobrevino una calma fría.

Las pocas rachas de viento arrebataban de los árboles las últimas hojas secas de otoño que caían, como las hojas de un calendario, en delicado zigzag a los pies del caminante. Una alfombra colorada se formaba, produciendo un chasquido al paso... chazz, chazz, chazz…, como un latigazo.

La noche comprendía sus sueños; sueños fracasados que el tiempo no tomaba en cuenta; porque el tiempo, más cruel que el más cruel de los inviernos, logró borrar la oportunidad de este desgraciado, actorcillo aspirante, a ser descubierto. Pero soñar no mata, y así salía por las noches con los sueños rotos, disfrazado de Batman, a ganarse la vida sobre el bulevar de Broadway; calle larga, atiborrada de héroes caricaturescos que buscan el sustento asumiendo poses estelares. Y ahí, los sueños resucitan cada noche, aunque el soñador sufra tanta soledad y miseria.

Bio

Ana Chavarría is a Nicaraguan lawyer with a B.A. in Spanish from William Paterson University, NJ. She writes short stories and poetry for children and adults. Her work has been featured in the anthology Poemas inolvidables, Antología de la conciencia social, and Antología internacional; also in magazines such as Anide (Nicaraguan literary magazine), Carátula: revista cultural centroamericana, Iguana and Skipping Stones. She is the author of Versos del Vientre, a book of poems in Spanish. She is an active member of SCBWI, Society of Children’s Book Writers and Illustrators, and UHE, Unión Hispanoamericana de Escritores. She currently lives in New Jersey with her husband and children.

Her personal blog is www.lalibelulaliteraria.wordpress.com

Sobre el bulevar de los sueños rotos