The Acentos Review

 
 

En busca de las Musas fugitivas


¿Por qué os escondéis, Musas altaneras,

Musas insensibles y traicioneras,

detrás de cavilaciones insondables,

detrás de ideas vagas y borrosas imágenes,

y os lleváis con vosotras mi creatividad?

¿Por qué me hacéis pretender ser poeta

de antaño y versificar mis palabras

en un castellano arcaico, sólo para poder

encontraros y recobrar lo que

habéis tan atrevidamente tomado de mí?

Musas prófugas, ¿por qué  me humilláis?

¿No os basta con que soy vuestro esclavo?,

¿que atado me tenéis a vuestros caprichos

y que por culpa de vuestros crueles antojos

vago sin rumbo por un desierto de letras?

Decidme, ¿no os basta con eso? ¿Por qué 

también me hacéis morir de sed poética?

¿Qué queréis de mí, Musas volátiles?

¿Qué buscáis en este siervo que no hace

más que implorar vuestro regreso?

¿Por qué me hacéis buscaros en los parajes

laberínticos y recónditos de mi conciencia,

donde todo es oscuro y da miedo mirar?

¿Por qué…? ¡Melpómene!, ¿es esa vuestra risa?

¡Musa vil!, ¡cómo os deleitáis de mi padecer!

¡Y Talía! No me hace falta veros para saber

que también os holgáis de mi sufrir. Urania,

sé que me habéis robado la dirección, y que

por vuestra culpa ando perdido. ¿Qué es eso

que escucho?, ¿el cantar de una voz celestial?

¡Euterpe!, ¿por qué cantáis acerca de mi suplicio?

Y Terpsícore, ¿lo bailáis? ¡Musas burlonas!

Polimnia, musa sagrada, ¿qué  hacéis imitando

el baile socarrón? ¡Y yo que os tenía tan alto!

¡Clío!, ¡Erato! De vosotras la culpa es toda, pues

sólo a vosotras busqué para componer un poema

de amor, y con las demás os confabulasteis para

dejadme a solas con Calíope, a la que envidiáis

desde que Hesíodo proclamó  su supremacía.

Con su ayuda os he encontrado a todas.

Pero ya no las necesito; buscándolas a ustedes,

Musas traidoras, un poema ha sido escrito. 
 
 


Ese viejito que yo conozco


En la esquina de la quinta avenida,

donde el asfalto se funde con

la arena de la playa, vive un viejito

lúgubre y delgado, de blanca barba

y encorvado 


que se sienta en el portal de su casa

en un sillón bastante estropeado

todos los días después de las cinco

a mirar a los niños de la cuadra

enfrascarse  


en los mismos juegos infantiles

a los que él solía jugar cuando tenía

la misma edad. Todos saben que

el viejito se encuentra solo, que

la mujer  


se le murió hace años y que sus

cinco hijos, ya hombres y mujeres,

apenas lo visitan de vez en cuando.

Sentado en el sillón que él mismo

construyó 


hace cuatro décadas, se mece en

la soledad de una tarde gris y seca,

mientras los niños juegan y ríen y

crecen en un mundo inventado.

El viejito 


los sigue con la vista, los ve correr

y saltar, caer en el suelo y levantarse

con una facilidad que él perdió  hace

ya más de medio siglo, y al levantarse

reírse 


de los rasguños por donde la sangre

brota y tiñe de rojo la pulcritud de

la piel inmaculada. Los mira y los oye,

meciendo su cuerpo, su cuerpo

tan viejo. 


Y cuando cae el crepúsculo y las madres,

a gritos de fuerte pulmón, llaman a los

niños a bañarse y comer, y éstos regresan

envueltos en churre y llenan las casas de

carcajadas 


el viejito continúa meciéndose en el portal

de su morada centenaria, su mirada impasible

perdida  en la calle, como si estuviese

esperando por alguien, o quizás esperando

por algo. 

 

Dos Poemas



daybert linares




Daybert Linares nació y se crió en un pueblecito de la provincia Habana, Cuba, llamado San José de las Lajas. En el 2004, emigró a los Estados Unidos, y cuatro años más tarde ya estaba publicando su primer cuento, a la edad de 18. Desde entonces más de sus obras han aparecido, o se encuentran en preparación, en revistas literarias como Silenced Press, Cantaraville, Skive, The Stray Branch, la antología de ficción corta Flash!, entre otras. Linares vive en Tallahassee, Florida, donde asiste a la universidad estatal, haciendo licenciaturas en Escritura Creativa y Literatura Española y Latinoamericana. Ésta es su primera publicación en español, y espera que no sea la última. Todo el que desee contactarlo lo puede hacer a través de su correo electrónico: daybertlinares@yahoo.com.